Limpiar un máquina de limpieza ultrasónica médica es un paso crucial pero que a menudo se pasa por alto. La limpieza periódica previene la contaminación cruzada, mantiene la eficacia de la limpieza y prolonga la vida útil del equipo.
Este es el procedimiento de limpieza más básico y crucial, diseñado para eliminar los contaminantes sobrantes del uso anterior.
Apagar y enfriar:
Apague la máquina de limpieza ultrasónica y desconéctela.
Espere a que el líquido de limpieza en el tanque de limpieza y la propia máquina se enfríen completamente a temperatura ambiente (especialmente si se utiliza la función de calefacción).
Drenaje de las aguas residuales:
Con guantes protectores, vierta con cuidado el líquido de limpieza (que puede contener contaminantes biológicos o reactivos químicos) del tanque en un fregadero o contenedor de recolección de desechos designado.
Enjuague Preliminar:
Deje correr una gran cantidad de agua corriente tibia sobre el interior y el fondo del tanque de limpieza para eliminar la mayoría de las partículas residuales.
Limpieza Profunda:
Prepare la solución de limpieza: llene el tanque de limpieza con agua tibia y agregue una pequeña cantidad de un detergente neutro suave (como un líquido para lavar platos). No utilice productos químicos altamente corrosivos o inflamables (como lejía, ácidos fuertes, álcalis fuertes y gasolina), ya que pueden dañar el tanque, el transductor (ubicado debajo del fondo del tanque) y el exterior de la máquina.
Inicio de la onda ultrasónica: cierre la tapa, encienda la función ultrasónica y déjela funcionar durante 3-5 minutos. Este proceso permite que la máquina se "limpie sola", utilizando el efecto de cavitación para sacudir pequeñas partículas de suciedad adheridas a las paredes y al fondo del tanque.
Drenaje y enjuague: Drene la solución de limpieza, luego enjuague bien el tanque varias veces con agua tibia o desionizada hasta que no queden residuos de detergente (no se siente grasoso).
Secado Final y Almacenamiento:
Seque completamente el interior y el exterior del tanque de limpieza con un paño suave, limpio y sin pelusa (como un paño de microfibra).
Abra la tapa y coloque la máquina en un área seca y bien ventilada para permitir que la humedad del interior se evapore por completo para evitar el crecimiento de bacterias y sarro.
Es necesaria una limpieza profunda si se observa una película turbia, incrustaciones o manchas difíciles en las paredes del tanque. Para depósitos de incrustaciones/minerales:
Método de solución de vinagre blanco: llene el tanque de limpieza con agua tibia y agregue vinagre blanco normal (aproximadamente 5% de concentración de ácido acético) en una proporción de aproximadamente 1:4 (una parte de vinagre por cuatro partes de agua).
Método del ácido cítrico: agregue una pequeña cantidad de ácido cítrico de calidad alimentaria al agua tibia y disuélvalo uniformemente.
Procedimiento: habilite la función de calentamiento ultrasónico (si está disponible) durante 5 a 10 minutos, luego déjela en remojo durante 30 minutos. El ácido disuelve eficazmente los depósitos de sarro como el carbonato de calcio. Escurrir bien y enjuagar con abundante agua.
Para contaminantes orgánicos/biopelículas:
Limpiador enzimático: use un limpiador enzimático de grado médico, diluido con agua tibia según las instrucciones, y luego agréguelo al tanque.
Procedimiento: Habilite la función ultrasónica (opcional con calentamiento, pero no exceda la temperatura recomendada de la preparación enzimática) durante 10-15 minutos. La enzima descompone residuos orgánicos como proteínas y grasas. Asegúrese de enjuagar bien después.
Limpieza de la caja y sus alrededores:
Limpie la carcasa de la máquina, la cubierta y el panel de control con un paño suave humedecido con una solución de detergente neutro diluido y luego limpie con un paño húmedo. Finalmente secar con un paño seco.
PRECAUCIÓN: No permita que entre agua en las rejillas de ventilación o en los espacios del panel de control.
La seguridad es lo primero: desconecte siempre el cable de alimentación de la máquina antes de limpiarla.
Evite la intrusión de líquidos: nunca sumerja toda la máquina en agua ni la enjuague ni salpique agua directamente sobre el panel de control, el cable de alimentación o el tomacorriente.
Limpieza suave:
No utilice herramientas de limpieza duras como lana de acero, cepillos metálicos o polvos abrasivos para rayar el tanque de acero inoxidable. Los arañazos pueden convertirse en un refugio para la suciedad y las bacterias.
Evite tocar el fondo del tanque con objetos punzantes para evitar dañar el transductor.
Limpieza inmediata: No deje líquido de limpieza contaminado dentro de la máquina durante períodos prolongados, ya que esto puede acelerar la corrosión y provocar manchas difíciles de eliminar. Siga las instrucciones: Los diferentes modelos de limpiadores ultrasónicos pueden tener requisitos especiales, así que asegúrese de consultar el manual de usuario y mantenimiento que viene con el equipo.