Una lavadora de ebullición al vacío es un dispositivo automatizado que utiliza los principios físicos del vacío, la ebullición y la pulsación de presión para limpiar de manera eficiente y exhaustiva los instrumentos, especialmente aquellos dentro de lúmenes complejos. Va más allá de la inmersión y el fregado tradicionales, permitiendo la limpieza automatizada de áreas de difícil acceso.
Paso 1: Calentar y aspirar (crear condiciones de ebullición)
Calentar el agua de lavado: el dispositivo calienta una solución de agua que contiene detergente a una temperatura específica (por ejemplo, 60-80 °C, no necesariamente 100 °C).
Evacuación de la cámara de lavado: Simultáneamente, una potente bomba de vacío comienza a evacuar la cámara de limpieza sellada, reduciendo rápidamente la presión interna.
Efecto físico: el punto de ebullición de un líquido disminuye al disminuir la presión del aire. En un ambiente de baja presión, el agua caliente, inicialmente por debajo de 100°C, hervirá violentamente, produciendo grandes cantidades de vapor de agua. Este proceso suaviza y afloja eficazmente contaminantes como sangre seca, proteínas y mocos adheridos a las superficies de los instrumentos y a las paredes internas de las luces.
Paso 2: Inyección de aire estéril y aumento repentino de presión (produciendo una "explosión" e inversión del flujo)
Inyección de aire filtrado estéril desde la parte superior de la cámara: después de un período de ebullición al vacío, el dispositivo inyecta instantáneamente aire limpio y estéril en la cámara a través del filtro HEPA en la parte superior.
Efectos físicos:
Aumento de la presión intracavitaria: la presión dentro de la cámara cambia rápidamente de negativa a positiva.
Licuefacción rápida del vapor de agua: el aumento de presión eleva el punto de ebullición, lo que hace que el vapor de agua dentro de la cámara se condense instantáneamente en agua, reduciendo drásticamente su volumen (aproximadamente 1700 veces), creando una "zona de vacío" localizada.
Flujo de agua hacia adentro: esta contracción repentina del volumen crea una poderosa fuerza de succión, impulsando el líquido de limpieza dentro de la cámara desde el exterior del instrumento hacia el interior de cada lumen, eliminando los contaminantes ablandados.
Paso 3: Descarga de flujo repetido
El proceso anterior se repite varias veces.
Cada ciclo equivale a una potente "respiración" o un lavado "pulsante" de la luz. El líquido entra y sale repetidamente del lumen, formando turbulencias, logrando así una limpieza profunda de la compleja estructura interna sin rincones muertos.
Una lavadora de ebullición al vacío proporciona un excelente rendimiento de limpieza para el interior de la tubería: esta es su mayor ventaja. El cepillado tradicional no puede garantizar la limpieza de los tubos estrechos y curvos, pero el principio de vacío pulsante obliga al líquido limpiador a llegar a todos los rincones.
Desintegra eficientemente las biopelículas: el proceso de ebullición al vacío penetra y afloja eficazmente las biopelículas formadas por microorganismos, que son la causa fundamental de muchos riesgos de infección.
Automatización y estandarización: todo el proceso está controlado por programa, lo que elimina la inestabilidad de la limpieza manual y garantiza una calidad de limpieza reproducible.
Riesgo reducido de contaminación cruzada: el uso de aire filtrado estéril y un sistema cerrado evita la contaminación secundaria durante el proceso de limpieza.
Eficiencia y seguridad mejoradas: la limpieza manual de instrumentos de alto riesgo por parte del personal médico reduce la carga de trabajo y la exposición a contaminantes.